En lingüística, los regionalismos son aquellas palabras o construcciones sintácticas que resultan características de un lugar geográfico determinado, y que forman por ende parte de la identidad lingüística de sus habitantes o pobladores.
Generalmente, los regionalismos consisten en variaciones lexicales, o sea, en nombres distintos para las mismas cosas. Así, son evidencia de la riqueza lingüística de un idioma determinado, en el que un mismo referente dispone de numerosos vocablos.
Desde luego, los regionalismos son considerados como tales porque difieren de la norma estándar del idioma, determinada por su tradición o por sus aspectos comunes a las demás variedades. Es decir, una palabra o uso es considerada como regionalismo por aquellos que no la utilizan, pero para quienes la utilizan corrientemente es tan solo una palabra ordinaria más.
Existe cierto margen de debate respecto de cuál sería la “norma” de un idioma, dado que se lo habla distinto en cada comunidad lingüística. Cada quien considera “normal” su uso del idioma, sin que ello signifique que el modo de usarlo de quienes viven en el país de al lado sea “incorrecto” o “especial”. Lo mejor es comprender que la norma ideal de una lengua no existe en el plano de la realidad, sino únicamente como una abstracción colectiva.
Por otro lado, los regionalismos lingüísticos pueden formar parte de los aspectos defendidos por el nacionalismo político y por las identidades culturales. Sin embargo, simplemente son evidencia de cómo las lenguas permiten a sus hablantes un importante margen de originalidad, creatividad y personalización del sistema.
Ejemplos de regionalismos lingüísticos
A continuación, algunos ejemplos de regionalismos en la lengua:
Regionalismos de México (o mexicanismos):
- Camión, trolebús o pesera para “autobús”.
- Chamacos, escuincles, chavos para “niños” o “muchachos”.
- Cuates o compas para “amigos” o “compañeros”.
- Padre o chido para “bueno”.
- Lana para “dinero”.
- Chafa para “malo”.
- Chamba para “trabajo”.
- Tiras, chotas o julia para “policía”.
- Pirado o guasiado para “loco”.
Regionalismos de Argentina (o argentinismos).
- Colectivo para “autobús”.
- Pibes para “niños” o “muchachos”.
- Plata o guita para “dinero”.
- Laburo para “trabajo”.
- Bárbaro o piola para “bueno”.
- Garrón o bajón para “malo”.
- Gauchada para “favor”.
- Embole para “fastidio” o “aburrimiento”.
- Birome para “bolígrafo”.
- Canchero para “confiado”.
- Chamuyo para “engaño” o “manipulación”.
- Berreta para “de mala calidad”.
- Tombos o yuta para “policía”.
Regionalismos de Venezuela (o venezolanismos).
- Camionetica, bus o buseta para “autobús”.
- Carajito, chamo o chamito para “niño” o “muchacho”.
- Pana para “amigo”.
- Plata, biyuyo o fuerza para “dinero”.
- Ladilla o caligüeva para “fastidio” o “aburrimiento”.
- Arrecho para “molesto”.
- Chimbo para “malo” o “de mala calidad”.
- Pichirre para “avaro” o “mezquino”.
- Fino o chévere para “bueno”.
- Pacos o tombos para “policía”.
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